Terminamos 2010 con una novela policiaca y empezamos 2011con otra que también es de las que más me han gustado entre las que he leído durante el año. Cambiamos de registro y ahora nos encontramos con una novela realista japonesa. El autor narra las experiencias de un profesor que es asignado a una pequeña población y que es recibido como un intruso por parte de algunos profesores y por supuesto por los díscolos alumnos. El personaje del profesor es muy tierno y nos identificamos muy facilmente con él. En la contraportada y en la introducción nos la venden como una obra cómica pero yo sigo pensando más en una obra realista. Tal vez nos perdamos algo en la traducción, sobre todo teniendo en cuenta la gran diferencia de culturas. Tampoco me parece acertado el considerarla el Huckleberry Finn o El guardián entre el centeno de Japón; quizás un poco excesivo pero si que es verdad que en el país del sol naciente el autor tuvo y tiene mucha fama y, como vemos abajo, ha merecido ni más ni menos que salir en un billete de mil yenes. Si quitamos algunas de las exageraciones de más arriba que nos pueden hacer que luego nos decepcione un poquito, tenemos una bonita obra, entrañable, simpática y entretenida. No he leído más obras del autor pero al parecer es muy buena Yo, el gato (1903) que en su última traducción se llama Soy un gato, en la que el susodicho animal disecciona la sociedad japonesa vista por sus ojos y por su naturaleza gatuna. Vamos, ya me veo las contraportadas diciendo que es un Firmin a la japonesa. Por cierto, leyendo obras antiguas de las que no te esperas ninguna referencia a la homosexualidad te acabas enterando de algunas cosas como esta referida a uno de los personajes:
"¡No es un hombre, es un pusilánime! Debe ser la reencarnación de una cortesana de la antigüedad especializada en chismes. O quizá su padre fuera uno de esos kagema que ofrecían sus servicios en los alrededores del templo de Yushima...
-No entiendo, ¿Y a qué se dedicaban esos kagema de los que hablas?
-A algo no muy masculino... puedes hacerte una idea."
En una nota a pie de página aclara, innecesariamente a la vista del texto, que eran chicos que se prostituían para otros hombres y que frecuentaban una casa de té enfrente del templo mencionado en Tokio. En fin, ya sabemos de la tradición de esos kagema que se une a la ya conocida de los samurais homosexuales que tan bien retrató Ihara Saikaku en sus historias de unos cuantos siglos antes como en El gran espejo de amor entre hombres (1687) del que existe por aquí alguna traducción. Como es la primera entrada, ¡BUEN AÑO! ¡BUENOS LIBROS Y BUENAS PELÍCULAS!
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3 comentarios:
lo leí y estoy de acuerdo con las crítica que haces, es más realista que cómico y no le encuentro similitud con el guardían entre el centeno.. Feliz comienzo de años y muchas más lecturas y pelis.. besos
Kokoro de este hombre dicen que es una gran novela. Me tengo que poner a leerlo. Adoro la cultura japonesa.
Gracias Ico, buen año.
Es verdad Cinemagnific, me ha faltado mencionar Kokoro. Al parecer es la mejor, tal vez porque tambien es muy posterior a estas. Buen año.
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