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sábado, 7 de mayo de 2011

Cuerpos descosidos de Javier Quevedo Puchal, el horror de la mente y lo cotidiano

"La gama de la mezquindad humana es vasta y, al mismo tiempo, increíblemente reducida y repetitiva".

Estas palabras de la propia novela me sirven de presentación y justificación del título ya que Javier Quevedo ha escrito una historia de terror muy convincente sin necesidad de recurrir al efectismo espectacular ni a la fantasía desbordante. Efectivamente, en nuestras acciones diarias, en nuestro comportamiento y en nuestros propios pensamientos se esconden horrores que no por cotidianos dejan de ser terribles. Puede que sean pocos actos, reducidos y repetitivos, pero de ellos se pueden desprender inimaginables consecuencias devastadoras. La realidad supera a la ficción y el autor ha optado por aprehender esa parte oscura del ser humano que cree "normal" porque lo hace o lo piensa él.

Los personajes de la historia son consecuentemente "muy humanos" y no son vampiros ni criaturas fuera de lo normal pero seguro que os provocarán una gran inquietud. Nunca hago en mis reseñas referencia demasiado explícita a la trama o argumento y prefiero hacer este tipo de elucubraciones personales, por ello no voy ahora a destripar nada del libro; así hay más misterio. Además, si sois lectores de blogs seguro que no os cuesta nada estar en muchas paginas a la vez y ver los artículos literalmente copiados de las contracubiertas o resúmenes argumentales.


A nivel formal me parece muy conseguida. Las piezas de historia a modo de puzzle se van presentando mezcladas para que tú las vayas ordenandolas poco a poco. Creo que es acertada para lo que quiere conseguir y desde luego necesaria para acabar cosiendo esos cuerpos descosidos, nunca mejor dicho. La intensidad argumental también nos lleva a un "clímax" casi inaguantable en los dos últimos capítulos. Muy buena dosificación bajo mi modesto punto de vista.

El libro empieza con una cita de la película "Martyrs" que pudo ver en el Festival de Cine de Sitges (donde tuve el placer de conocerle, por cierto) y sé que este tipo de cine de terror de aspecto más "realista" que sobrenatural le gusta especialmente. No habrá sido seguramente una fuente directa para su libro pero sin duda que el clima perturbador de aquella cinta y otras francesas de esas características como "Dans ma peau" o "A l'interieur" me vinieron a la mente cuando estaba leyendo Cuerpos descosidos.

Javier Quevedo ha dado un giro a su producción literaria con respecto a sus dos primeras novelas Todas las maldiciones del mundo y El tercer deseo, y desde hace unos años ya se dedicaba a escribir historias y relatos de corte fantástico. Y parece que seguirá un tiempo en este género del terror que le apasiona porque con él puede ahondar en la mente humana y en esos recovecos oscuros que esconde. Todo ello con los reparos que me da el hablar de "géneros" ya que la literatura es literatura sin etiquetas de por sí.


Con cada nueva obra también da un salto cualitativo y espero que acabe siendo un escritor muy reconocido. Quizás mis palabras puedan ser un poco parciales porque es amigo de nuestro blog, y espero que también amigo a secas, pero creo sinceramente que es una nueva voz personal en nuestro panorama literario. Lo avalan sus premios y muchas críticas positivas.

Ya que no he dado información muy explícita de trama y argumentos podéis consultar los blogs de Javier Quevedo Walpurgisnacht y La invasión de las ultracerdas y más específicamente la página que ha creado para promoción del libro, El confesionario de Renée, donde encontraréis información de primera mano del libro, entrevistas y recopilaciones de críticas que van apareciendo en los medios. También otra entrada a su persona y trayectoria que dediqué en este blog aparte de las críticas a aquellas dos obras anteriores.


"Las náuseas se convirtieron en rasguños, los rasguños en cortes, los cortes en cortes más profundos... y ahora, piel arrancada y fracturas de hueso. ¿Qué será lo siguiente?" Pues al igual que ese crescendo de su novela esperemos que Javier Quevedo siga también creciendo. ¿Qué será lo siguiente?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Aniversario de Javier Quevedo Puchal

Hoy quiero dedicar la entrada dentro de la sección Aniversarios/Santoral gay a uno de los jóvenes escritores actuales que frecuentan la temática gay. Un 25 de septiembre como hoy nació Javier Quevedo, que ha publicado ya un par de novelas en la Editorial Odisea: El tercer deseo y Todas las maldiciones del mundo. En su momento hice las críticas de ámbas y las podéis revisitar clicando encima del título de las mismas (ya aparecen en otro color como enlaces). Por si no tenéis tanto tiempo, simplemente decir que es muy agradecido el acercarte a su literatura porque más allá de que te interese o no la temática, tienen un alto componente de elaboración literaria difícil de ver en otras novelas de estas colecciones sectoriales. Ha escrito, cambiando algo de registro, relatos de género de terror/suspense (y me consta que sigue haciéndolo) por lo que esperamos poder leer alguna recopilación suya en un futuro. Creo que en alguna obra colectiva hay alguna muestra suya. Para ello podéis consultar su desenfadado blog La invasión de las ultracerdas, que por el nombre ya os imagináis que en él da rienda suelta al petardeo. Como amante del terror (en eso coincidimos también los dos) acaba de iniciar otro blog (¿más serio?) llamado Walpurgisnach. Tengo el honor de contar con él entre mis seguidores del blog pero el dedicarle esta entrada después de la
del aniversario de Pedro Almodóvar no es ninguna exageración
ni tampoco hay que interpretarla como amiguismo; no lo conozco personalmente. En esta sección caben muchos personajes que hayan hecho algo por la causa gay de una manera u otra y además, sinceramente, no lo haría nunca sin considerar primero el aspecto artístico. En caso contrario haría una entrada propia dentro de cualquier otro apartado. Dicho esto parece ocioso recomendar la lectura de sus libros y en particular (para mi gusto) El tercer deseo.



lunes, 18 de enero de 2010

El tercer deseo (2008) de Javier Quevedo

Hace unos meses escribí una crítica de la nueva novela de Javier quevedo Puchal: Todas las maldiciones del mundo (2009) pero no pude referenciar su primer trabajo porque no lo había leído. Cuando se realiza una crítica se tiene que tener normalmente toda la información posible del autor y haber leído su trabajo anterior para que el resultado sea lo más justo y redondo posible aunque desgraciadamente no siempre se puede. Tampoco es ningún crimen hacer una crítica individualizada de una obra y por tanto aquella se puede quedar como está. Comentaré ahora más brevemente su primer trabajo publicado: El tercer deseo, que obtuvo bastante éxito según la Editorial Odisea aunque no tengo datos al respecto. Me parece una gran primera obra y personalmente me ha gustado más que la segunda. El resultado final es muy redondo, cosa que vaticina el nombre de la primera parte, Lo cíclico de las cosas. Unos cuentos evocadores de corte clásico, como inspirados en Las mil y una noches, marcan la cadencia de cada capítulo y nos introducen en varios episodios emocionales y amorosos del protagonista. La estructura de saltos temporales no tiene como misión despistar al lector sino que lo convierte en parte activa de la historia al tener que relacionar cada episodio y pensar en las derivaciones que pueden conllevar las decisiones y acontecimientos del pasado. La obra rebosa melancolía y pesimismo pero llevadas con un cierto humor característico del autor ("la vida no es un cuento de hadas, es un cuento de hijos de puta") como se comprueba también en su segunda obra. Por cierto, al leer sus obras en orden inverso me he encontrado con que el título de la segunda ha podido salir de una frase de ésta primera como acto autoreferencial: ("Todas las maldiciones e imprecaciones del mundo se están agolpando en el marco de mi cabeza con la vileza de un tumor" página 111). Acabo ya esta breve crítica porque es su obra pasada y al autor me imagino que le hace más gracia promocionar su "nuevo hijo", porque eso son los libros para un autor, y también porque cuando acabas de leer un escrito que te ha gustado mucho puedes no ser totalmente objetivo. Lo que sí me gustaría comentar es la cubierta del libro. Dos editoriales que publican libros de temática gay como Odisea y Egales se empeñan en poner fotos insinuante o directamente de desnudos, cosa que creo que desvirtúa en ocasiones el contenido. En este caso también tenemos un primer plano muy directo y algo agresivo de un chulazo que nos parece anunciar un novelón rosa al estilo de Corín Tellado, y eso que no es tan descarada como otras de ésta colección llamada "Inconfesables" (podéis ver otras portadas en internet). En mi modesta opinión se banaliza el contenido de ciertas obras, como la que nos ocupa hoy y que no dudo en recomendar de todas todas como novela que merece salir de la etiqueta de "literatura gay" para formar parte del grueso de obras literarias interesantes en España en estos primeros años de siglo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Todas las maldiciones del mundo (2009) Novela de Javier Quevedo Puchal

Hoy tengo el placer de hablar de la novela que ha publicado este año uno de los seguidores del blog, Javier Quevedo Puchal. En 2008 hizo su debut novelístico con El tercer deseo con muy buenas críticas y parece que tiene preparada una colección de relatos góticos que imagino saldrán próximamente.

Todas las maldiciones del mundo narra un sugestivo viaje interior hacia un sur imaginario que el protagonista no sabe qué le deparará. Ese sur es también meta para otros personajes de la novela, que recorren el camino a su manera y se encuentran en un limbo a medio camino entre lo que son y lo que recuerdan ser; están en un motel de paso como los personajes de la película Lost in translation.

Se menciona en la narración un eclipse que aparte de fenómeno astronómico también opera como metáfora de ese estado oscuro transitorio. Tal vez por ello también esperan que acaben las tinieblas y, aunque crean que van en busca de un imposible, no quieren desistir y luchan para conseguirlo, como el personaje de Todo sobre mi madre que va tras el corazón de su hijo (qué cinéfilo me he puesto). No me extenderé más en la temática como suele ser habitual en mis críticas ya que como lector tampoco me gusta que destripen las obras, así que estos retazos abstractos han de servir solo para abrir boca (así ha de ser una crítica bajo mi punto de vista y para resúmenes ya están los de la contracubierta del libro y los que la copian en internet).

Formalmente me parece acertada la elección de capítulos muy cortos para acrecentar más esa sensación de provisionalidad incierta, de que todo puede acabar en cualquier momento. Además, el estado onírico en el que se encuentra el protagonista también nos lleva a esos momentos inconexos de que están formados los sueños. El lector irá descubriendo la verdad poco a poco como cuando se despierta y trata de recomponer esos recuerdos. El que ese estado sea producto de su voluntad pero también de las drogas me ha hecho pensar mientras leía la novela en una reciente película que se pasó en el Festival de Sitges, Enter de void, por una gran similitud de ambiente pesadillesco y de futuro distópico. Ese escenario elgido: intemporal, aséptico y tal vez falso también nos transporta al mundo de Matrix y refuerza esa visión de incertidumbre que planea sobre la obra.

Por parte del aspecto formal y porque también nos encontramos con una persona que acaba de tener una pérdida dolorosa me ha hecho recordar también a la novela de Miguel Delibes Cinco horas con Mario (ahora ya una referencia literaria). El autor también elige en diversos momentos la interpelación personal del , lo que afianza la identificación del lector con un personaje cercano (no necesariamente con el ser perdido pero sí principalmente) algo que en Delibes devino un monólogo interior más radical y en toda la extensión de la obra.

La tristeza, la soledad y el olvido son los conceptos con los que nos quedamos tras leer esta pequeña gran obra y con ello cerramos el círculo esperando que salga el sol tras el eclipse. Si queréis leer lo que opina Javier Quevedo sobre lo divino y lo humano os podéis pasar por su blog (que no os asuste el título) La invasión de las ultracerdas.


Nota para Javier: La foto la he tomado de internet, no creo que te moleste pero si es así la quito en los próximos días. Me he tomado un poco de tiempo para hacer una modesta crítica personal y no repetir lo que casi todas las páginas ponen en internet, que no es sino la transcripción de esa contracubierta del libro que ya te sabrás de memoria y que empieza: "¿Qué harías si te ofrecieran la posibilidad de borrar tu pasado?..."