martes, 9 de febrero de 2010

Especial de Hitchcock en Cahiers du Cinema

En 1951 se fundó en Francia una revista que resultaría fundamental para la historia del cine. Cineastas pertenecientes más o menos a la llamada "nouvelle vague" francesa como Truffaut, Chabrol, Rivette, Godard y compañía decidieron ejercer también como críticos y plasmar un nuevo concepto de visión cinematográfica. Hasta esos momentos los principales protagonistas para gran parte de críticos y la parte visible de los filmes para el público habían sido los actores (Valentino, Clark Gable, Gary Cooper, Cary Grant, Marlene Dietrich, Greta Garbo...) Los productores también tenían mucha consideración y se estudiaban como parte fundamental del resultado final de la s películas. Los directores parecían más intercambiables: a las ordenes de las directrices de los estudios y al servicio de los actores para hacerlos aparecer lo más divinos que fuera posible. Esto era obviamente más cierto para esos años dorados de Hollywood (los 30, 40 y 50) que no para Europa y otras zonas.
La revista francesa logró hacer justicia a una serie de directores y nos hizo ver que podían ser los verdaderos "autores" de la película y que a lo largo de la filmografía de esos personajes podíamos ver una línea característica con una gran coherencia formal e incluso ideológica. Esta nueva visión fue (y lo sigue siendo) materia de discusión y efectivamente hubieron muchos artículos al respecto pero indudablemente hay un antes y un después de Cahiers du Cinema. Hoy no dudamos que hay películas en las que el director no tiene mucho que decidir (las franquicias de James Bond, Superman, Spiderman, Depredador...) porque los actores, guiones y efectos especiales seguramente están ya pactados y decididos cuando ese director entra en el proyecto. En esos casos está muy constreñido y no puede tomar según qué decisiones importantes. Puede intentar llevarla a su terreno pero no dispone de mucha capacidad de maniobra. Por contra es totalmente cierto que el director-autor está muy a la orden del día en Europa y en general en cualquier producción que no dependa demasiado de los efectos especiales y por tanto de las productoras, financieras y distribuidoras. ¿Quién puede dudar de que directores como Almodóvar, Fernando León de Aranoa o Isabel Coixet en España y en general muchos europeos y americanos independientes que tenéis ahora en la cabeza, no son realmente autores casi "totales" de sus obras? Necesitan de todo un ejército de ayudantes porque el cine es un arte colectivo pero no es menos cierto que éstos inician la idea que tienen en la cabeza, escriben ellos mismos los guiones o los supervisan, deciden los actores principales y casi cogen la cámara para filmar. Algunos también son sus propios productores o han tenido que ir personalmente de puerta en puerta explicando su proyecto y pidiendo ayudas. Isabel Coixet hizo incluso de publicista improvisada de su primera película porque he leído que se ponía a las puertas del cine intentando convencer a la gente para que viera su cinta. Y qué decir de Woody Allen (otro ejemplo perfecto para la argumentación) que aparte de todo lo demás también se reserva habitualmente papeles de actor. Hay diferentes grados desde esa autoría casi total hasta la mera ejecución del oficio de aquellos que entran en los proyectos con todo decidido y por ello no será cierta ninguna teoría para todo el conjunto del cine. Sea como fuere, Cahiers du Cinema supo ver rasgos autorales muy fuertes en cineastas hasta esos momentos no muy prestigiosos y tenidos como simples artesanos como Nicholas Ray, Fritz Lang, Robert Aldrich, Otto Preminger, Howard Hawks, Anthony Mann... y por supuesto Hitchcock. Parece un poco raro hoy en día pero efectivamente el mago del suspense era considerado mayoritariamente como un director de películas ligeras y truculentas. Se podía "pasar el rato" con las tramas entretenidas y morbosas de 39 escalones, Alarma en el expreso, Rebeca, Enviado especial, Recuerda, Encadenados, La soga, Extraños en un tren, Crimen perfecto... pero no era tomado muy en serio y de hecho, excepto por Rebeca y tal vez porque era su debut en Hollywood, apenas tuvo nominaciones para los Oscar ni para otros galardones. Recordemos que se pensó en él para dirigir la primera película de James Bond con Sean Connery precisamente porque se le consideraba popular y efectista (se dice que Con la muerte en los talones es su propia propuesta a lo James Bond en plan más personal). No sé si será casualidad pero precisamente a partir de esa fecha Hitchcock parece envuelto en una pátina de prestigio diferente y las obras de finales de los 50 (la mencionada Con la muerte en los talones, Falso culpable, Vértigo, Psicosis...) ya admiten en muchos medios artículos más serios y los críticos más prestigiosos se deciden a hablar de ese director "popular" que ahora adquire nuevas características redescubiertas. Me gustaría hacer un cierto paralelismo más actual con Steven Sipelberg (porque se habló de ello en los años 80), que hasta que no hizo La lista de Schindler era tenido también al igual que el mago del suspense como un director simplemente efectista, populachero, "de género" y resultón (El diablo sobre ruedas, Tiburón, ET, Encuentros en la tercera fase, En busca del arca perdida, Jurassic Park ...) Hay materia para discusión y eso es lo bonito. Aparte de las reivindicaciones aludidas también destacó la revista gala por el descubrimiento para Europa de otros autores más lejanos como Mizoguchi, Ozu, Satyajit Ray e incluso Kurosawa con esos números especiales que solía sacar. Para retornar a lo que es en sí mi querida colección, no tengo el buscado número de 1954 de Cahiers du Cinema y me conformo con unas fotocopias (para mi uso personal!!! no han salido de mi casa!!! ja,ja) que voy repasando de vez en cuando porque se entienden bastante bien aunque no sepa francés. Sí tengo original una reedición que la misma Cahiers du Cinema sacó unos años después con alguna actualización pero que su segunda parte es más o menos un "facsímil" de las del 54. Los buenos aficionados al cine saben que esta revista se está publicando en una versión española desde hace poco. Buena noticia, esperemos que no se cierre por la crisis. Las tres primeras fotos de arriba, como se deduce facilmente por la calidad, corresponden a esas fotocopias del famoso número y a partir de la portada de Hitchcock en Egipto ya son páginas de la reedición.

3 comentarios:

caotico_jq dijo...

Si es que los franceses, como en otras tantas cosas (no en todas), siempre a la vanguardia de todo. Pero tranquilo, que si Hitchcock hubiera sido español, aquí no sólo lo hubieran tomado por un mero artesano de thrillers, sino por un director pésimo... que así somos de guays. Menos mal que están los franceses para poner las cosas en su sitio.

P.D: Me ha hecho gracia leer lo de que Isabel Coixet promocionaba su peli en la entrada de los cines, porque me acuerdo de algo que leí sobre un amigo escritor, que trabajaba en una librería, y cuando la gente iba a comprar libros, él siempre recomendaba el suyo, pero sin decir que él mismo era el autor (no sé si será verdad, pero lo he leído en varios foros). ¿Diría Isabel que ella era la directora?

JAVI dijo...

Pues sí, por lo que leí era ella misma y totalmente identificada como directora la que hablaba con los transeuntes y además les hacía ver lo que le había costado hacerla y las virtudes que ella creía que tenía.

CINEXIM dijo...

¿Qué hubiera sido del Maestro del Suspense sin Cahiers du Cinema? Una de las sorpresas del pasado año, fue descubrir la edición española de esta revista, del que ya me había hablado Ripley, otro blogger.

jajaj lo que me he reído con la Avatar Alaska!!!