Ya sabéis que no siempre toco necesariamente la temática gay si la ocasión lo requiere o si algún acontecimiento me suscita algún comentario o, simplemente, un dia me apetece hablar de algo en concreto. Y hoy no puedo dejar pasar que hace 120 años (un 15 de septiembre de 1890) nació la escritora que más libros ha vendido. Solo hay más ejemplares de la Biblia en todo el mundo que libros de ella pero el libro sagrado lleva muchos años de ventaja y además no conocemos a su(sus) escritor(es) con lo que ella es la persona con nombre y apellidos que está en lo más alto. No voy aquí a desgranar sus méritos o deméritos literarios, no es misión del blog y ya conocemos el tipo de escritura y técnicas utilizadas en la novela detectivesca, pero estar en esa primera (o segunda) posición ya merece el mayor de los respetos. Y hoy también se gana esta entrada de mi parte porque sus novelas me acompañaron durante mi juventud y junto a otro tipo de escritores como Miguel Delibes me empujaron a querer escribir. Ella me enseñó la eficacia de la escritura sencilla y la magia de tener en vilo al lector sin decir nunca todo (aunque ella lo hacía para engañar y despistar) y en ello tampoco se diferencia tanto de Miguel Delibes, que por otros caminos y con otras intenciones consiguió "elaborar" una escritura sencilla y directa, sin que lo dicho sea una paradoja porque ya se sabe que acabar escribiendo de forma sencilla es, si cabe, más laborioso. A veces algo no es sencillo sino que lo parece tras un duro trabajo de despojamiento de elementos innecesarios. En fin, ya me he enrollado como siempre (con elementos innecesarios que desmienten ese deseo de parecerme a ellos, ja,ja,ja). Por otro lado, tengo nostalgia por esas portadas antiguas de la Editorial Molino tan explícitas, coloristas y hasta desagradables, todas llenas de sangre, salpicaduras, hachas, pistolas, venenos... Todavía conservo casi todas, porque tras todo lo expuesto no extraña si digo que las tengo todas. Curiosamente he dejado de leer unas pocas para no tener que decir que ya las he leído todas y que no me queda ninguna por disfrutar hasta que me muera; no sé si es una tontería pero me gusta saber que quedan unas pocas en la recámara. Por lo de las portadas, ahora se han edulcorado mucho, no sé si para ser políticamente correctas o para no asustar a los menores que puedan verlas en quioscos y librerías. Son muy sosas y apenas se ven algunas siluetas humanas en escenarios abstractos con lo que bien podrían confundirse con cualquier novela romántica. No me parece bien y sinceramente me quedo con aquellas. Me despido dandole un aplauso virtual y felicitándola por su producción que ya la ha inmortalizado como la gran dama del crimen de aquí a la eternidad.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
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2 comentarios:
¿Quién no hemos leído en nuestra juventud los libros de la tia Agatha editados por Molino? Tienes toda la razón las portadas son una obra de arte. Desafortunadamente no conservo ninguno.
Este verano me he leído La Casa Torcida, porque Amenábar lo citaba como un libro de juventud en un librop-entrevist que tengo.
Realmente como valor literario, el resultado es pequeño, pero es que me pasó lo mismo con Donna Leon. A la Highsmith la tengo en más estima en ese aspecto.
Un saludo!!!
PD: desde hace años tengo pendiente hacerme con la serie de películas de Mrs. Marple interpretada si no recuerdo mal por Margaret Rutherford.
A mi me encanta El asesinato de Rogelio Ackroyd por q el asesino es...jeje leedla.
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