Esta película ha pasado un poco desapercibida por Europa y tampoco apareció reseñada en mi libro "El celuloide rosa". Subsanemos el olvido. Se trata de una producción canadiense centrada en los personajes de una pequeña población, con su inevitable atmósfera opresiva por la falta de intimidad y por el chismorreo típico de estos pueblecitos, donde no hay otra cosa más interesante que hacer. La subtrama homosexual no es la protagonista como puede parecerlo por la carátula que ponemos en la derecha pero sí que acaba teniendo, como las otras, implicaciones con el resto de personajes que interactúa con estos dos chicos. Por ejemplo, el alcalde del lugar clausura el llamado mirador (del mar) porque dice que es un lugar que se está degradando por culpa de drogadictos y maricones. La realidad del cierre tendrá que ver con otras razones que no desvelamos pero de paso, aprovecha para hacer cundir el pánico porque amenaza con publicar los nombres de las personas que acuden a ese lugar por la noche. Todo el pueblo empieza a elucubrar acerca de la identidad de los "desviados" y precisamente uno de los gays del pueblo (el personaje más entrañable de todos los habitantes) intentará, sin éxito, suicidarse de diversas maneras a lo largo de la cinta. Siempre se lo acaba impidiendo algo o alguien y así el director aporta un toque tragicómico pero también desgraciadamente realista de lo que ocurre con muchos y muchas homosexuales en estos ambientes cerrados, donde todo el mundo se conoce y nadie puede tener un secreto. La película gustará a quienes tengan preferencia por el cine independiente, de poca alharaca visual y con un especial cuidado del guión. En la cinta participa la joven canadiense Ellen Page, hasta esos momentos solo conocida en series de televisión de su país, que ahora es bastante cotizada tras sus intervenciones en "Hard Candy" y "Juno".
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