lunes, 14 de diciembre de 2009
Aniversario de la escritora Mary Renault
Ayer 13 de diciembre hizo 26 años de la desaparición de otro personaje que merece estar en nuestro panteón gay. Se trata de la escritora inglesa Mary Challans, que adoptó el apellido Renault de un personaje de novela que le gustaba mucho aunque se dice que la principal motivación para cambiarse el nombre fue para evitar la vergüenza a sus familiares debido al tema de su primera obra, Purposes of love (1939) en el que narró los amores entre dos enfermeras. La historia es prácticamente biográfica ya que se enamoró unos años antes de otra enfermera cuando ella también estaba trabajando en un hospital. Con esa mujer, Julie Mullard, vivió durante toda su vida, casi cincuenta años. De su obra literaria podemos decir que tuvo una etapa inglesa de juventud, que incluye la antes mencionada y otras como The friendly young ladies (1943) o Return to night (1947) con la que ganó un premio que le permitió irse a vivir a Sudáfrica, tal vez para que su vida con su pareja pasara más desapercibida en un lugar nuevo. Estas primeras novelas, que se suelen etiquetar en los libros como ficciones contemporáneas o como etapa inglesa, concluirían con otra ya escrita en sudáfrica pero muy emparentada con ellas: El auriga (The charioteer, 1953) en la que vuelve a narrar una historia homosexual, ahora entre dos hombres. Desde ese momento empezará a escribir exclusivamente sobre temas de la antigüedad, iniciando otra etapa, como en su vida personal, que la etiquetarán como la de novela histórica a partir de El último vino (1956). En realidad se podría acotar más y denominarlas novelas sobre la Grecia Clásica, ya que se centran todas en esos momentos históricos que tanto le apasionaron. Es una casualidad decir esto después de la entrada anterior que dedicamos a Winckelmann, otro gran apasionado de Grecia que logró redescubrirla para las generaciones futuras. También Mary Renault logró fijar una imagen sentimental de aquel mundo, sobre todo con la fundamental trilogía de Alejandro Magno: Fuego del paraíso (1970), El muchacho persa (1972) y Juegos funerarios (1981) donde por primera vez se pone la homosexualidad del personaje en primer plano. No es casual que este tema lo pongan encima de la mesa dos homosexuales como Winckelmann y Mary Renault. Sobre el mítico Teseo también creó una serie de interesantes novelas que forman El rey debe morir (1958) y Teseo, Rey de Atenas (The bull from the sea, 1962). Me gustaría destacar también otra curiosidad, que supongo que habréis notado por lo dicho, y es que excepto en un par de obras de sus inicios siempre ha cantado el amor homosexual masculino. No es que tenga nada de particular en sí ya que estamos hablando de literatura, donde caben todas las identificaciones que queramos y una historia la podemos hacer nuestra aunque no se trate de personajes como nosotros, pero no deja de ser un dato que merece por lo menos ser comentado. Aunque este santoral gay suele tener personalidades un poco más desconocidas, no debería ser así el caso de hoy, ya que sus obras se reeditan constantemente y aparecen en cualquier antología de novela histórica, pero también estoy seguro de que a la generación más joven no le sonará tanto su nombre. Por lo tanto, como suelo acabar esta sección, que esta entrada sirva como recordatorio y merecido homenaje.
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2 comentarios:
Hola Javi, encantada de saludarte.
Ante todo, pedirte disculpas por lo que he tardado en contestarme. De verdad que lo siento, tengo muchos post pendientes, y me sabe fatal, porque no quiero que penséis que no los aprecio, ¡todo lo contrario! Me hacen muchísima ilusión.
Me dejaste fascinada con la tienda de Argento en Roma, ¡no lo sabía! Tu hermano debió disfrutar lo indecible, me alegro mucho por él. Y que se encargue de la tienda otro director de Giallo, es maravilloso. No he visto ninguna película de Luigi Cozzi, pero lo haré.
Profondo Rosso, no podría haber elegido mejor nombre.
Estuve en Roma, pero fue un par de años antes de descubrir el Giallo, aunque de todos modos, no he sabido de la existencia de la tienda hasta ahora, gracias a tí.
No quería dejar de escribirte, porque he actualizado precisamente clamando mi amor por el Giallo. Espero que disfrutes, y si a tu hermano le apetece, que él también lo saboree.
Saludos y es un placer seguirte y que me sigas. Por cierto, ¡Que grande es mi Cinexim! Siento debilidad por él.
Hasta pronto.
jajaj me sonrojo!!!!
la adoración es mutua, Baphomettt!!!
Sin apenas tiempo: casi no leo ya novela, tan sólo cosas de cine, por ello posiblemente mi próxima lectura sea tu libro. A Miss Reanault la conozco de nombre, pero nada de su obra.
Absolutamente de acuerdo con tu apunte de Pánico En La Escena. Yo lo que creo que le falla es el tono de comdia de toda la obra, no te la puedes tomar en serio...
Saludos!!!
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