miércoles, 25 de febrero de 2009
Aniversario de la muerte de la doctora Sara Josephine Baker
Esta mujer fue todo un ejemplo para las feministas y lesbianas de su época, por su total independencia con respecto a los hombres. Este fin de semana se cumplieron 64 años de su muerte (un 22 de febrero de 1945) y todavía se recuerda por gran labor humanitaria. No se sabe si fue lesbiana pero aún así se incluye en el libro "100 gays" de Paul Russell como una figura importante de referencia. Esa palabra: "referencia" era muy importante en épocas pretéritas donde las leyes tenían un carácter machista en general y también heterocentrista en particular. La mujer debía casarse, servir de apoyo al marido y, por supuesto, trabajar en su casa (a poder ser "atada a la pata de la cama" según una frase que hoy produce sonrojo). En su época hubieron otras mujeres famosas en sus trabajos como Marie Curie o Eleanor Roosevelt pero ella no llegó a casarse nunca y vivió con libertad total, algo que ya nos da una pista del porqué pudo ser una referencia válida para feministas y lesbianas que deseaban cambiar las convenciones sociales. Como dato significativo (y algo escandaloso en su época) vivió junto con otras dos mujeres en un piso de Nueva York, la escritora I.A.R. Wylie y otra eminente doctora llamada Louise Pearce, sin que quiera decir ésto que tuvieran relaciones sentimentales (o sí); pero reiteramos esa importancia como "modelo" posible a seguir y como ejemplo para mujeres que querían ser independientes en un tiempo donde éso parecía imposible. Ya que estamos, tenemos que dejar constancia de su gran importancia como doctora. Se dice que en su vida pudo salvar cerca de 100.000 niños porque redujo espectacularmente la mortalidad infantil gracias a diversas acciones sanitarias y a la creación de la "División de Higiene Infantil". De joven había sido inspectora médica, se había movido por barrios muy pobres y quedó realmente conmocionada por las condiciones en que vivían especialmente los niños. Esa experiencia la aplicó en su labor posterior y se convirtió en la gran "referencia" mundial (otra vez la palabra) de la sanidad infantil. Otra barrera importante que rompió fue la de acceder por primera vez a un doctorado honorífico en salud pública en la Universidad de Nueva York, el primero de ese tipo concedido a una mujer, aunque curiosamente no había podido estudiar allí porque no se admitían a mujeres en aquellos años. Otro ejemplo de machismo imperante en su época lo tenemos en los escritos que nos documentan las negativas de muchos hombres a trabajar con una mujer como ella en sus mencionados proyectos sanitarios. Gracias a personas como ella, el mundo ha cambiado algo. Esperemos a más gente como la Doctora Baker para que ese "algo" se convierta en "mucho".
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2 comentarios:
ojala un dia no tengamos que hablar de feminismo,machismo, cine homosexual,...porque significara que se han acabado las desigualdades , que no las diferencias, y no solo de sexo sino de raza, nacionalidad, religion aunque me temo que eso no va a pasar nunca.Un fan
Yo también soy pesimista; solo hay que oir a ciertos políticos y a estamentos religiosos hablando de la mujer, la emigración,la homosexualidad... Toda esta intolerancia está más arraigada de lo que nos pensamos. Quizás los que vivimos en grandes ciudades (y en occidente) creemos que hay más comprensión hoy hacia cualquier persona pero eso todavía no es válido en pueblos pequeños ni en gran parte del mundo (véase el papel de la mujer en el mundo islámico -pensemos en las lapidaciones por ejemplo- y ya ni hablemos de la homosexualidad por allí,donde todavía existe la pena de muerte para los gays. La cultura y el saber nos irá haciendo libres aunque poco a poco.
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