Se trata de otra película que aparece en la selección de "1001 películas que hay que ver antes de morir" y que acabo de tener la suerte de ver. Su título original es "Murder, my sweet" aunque también se conoció en Gran Bretaña como "Farewell, my lovely" por ser ese el nombre de la novela de Raymond Chandler en que está basada. En estos años 40 estaba muy en auge el llamado cine "negro", que simplificando mucho eran las típicas historias detectivescas pero con fuerte carga de denuncia social y con menos importancia de la posible solución final al enigma. En ese mismo año, 1944, se estrenaron otras dos grandes cintas de este género como "Laura" de Otto Preminger o "Perdición" de Billy Wilder. En esta película aparece el famoso detective "Philip Marlowe" interpretado por Dick Powell de una forma más insolente y agresiva que la que luego veremos en el actor Humphrey Bogart, que lo caracteriza más desengañado e irónico. En realidad esta primera película está más cerca del auténtico protagonista de tantas novelas de Raymond Chandler. La atmósfera del filme es realmente fascinante y obtiene excelentes resultados a pesar de la apariencia de estar hecha con pocos medios, algo bastante generalizado en este tipo de cine que empezó siendo concebido como un producto de "Serie B" pero que acabó aportando una gran cantidad de obras maestras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
tiene wena pinta, a ver cuando la vemos...pero no q tenemos q ver muxas cosas...jaja.
Alx (seriadicto).
Publicar un comentario