lunes, 16 de febrero de 2009

Película "Mi nombre es Harvey Milk" (2008) de Gus Van Sant

El director gay americano empezó su carrera con las ya míticas "Mala noche" y "Mi Idaho privado", siendo uno de los abanderados del llamado "new queer cinema" de inicios de los 90 junto a Tom Kalin, Todd Haynes y Gregg Araki. Aquel cine tenía un cierto componente underground, una voluntad de experimentación visual y sobretodo una gran carga de compromiso (en mi libro "El Celuloide Rosa dedico un capítulo entero a este cine para quien quiera profundizar). En los siguientes años no abandonó del todo esa faceta pero es evidente que películas como "Todo por un sueño", "El indomable Will Hunting" o el anodino remake del clásico hitchcokiano "Psicosis" supusieron un cierto cambio de registro. Últimamente ha recuperado la faceta más subversiva con cintas polémicas como "Elephant" o "Paranoid Park" (no estrenada aquí) y con este nuevo filme vuelve definitivamente con su compromiso gay. El tipo de relato nada tiene que ver con sus primeras cintas pero posiblemente va a tener más influencia por el hecho de presentar una producción equiparable a cualquier otra de Hollywood. La posibilidad de premios como los Oscar de la academia ayudará también a llevar esta película a lugares que no fueron posibles con aquellas. Centrándonos en el filme, no hay que extenderse demasiado en la interpretación de Sean Penn ya que casi todos hemos oído las críticas favorables y hemos podido disfrutarlo los que hemos acudido al cine. La ambientación es también muy buena y ya merecería la pena ver esta cinta para vivir cas "in situ" los acontecimientos que se relatan. La gente ha salido de los cines muy contenta con la película, cosa no muy habitual hasta hace poco cuando la película era de temática exclusivamente homosexual. Algunas cintas anteriores, más o menos comerciales, como "Brokeback Mountain" o "Transamérica" puede que hayan contribuido a ello en estos inicios de siglo. Antes había que ver estas películas casi a escondidas. Pensaba que no iba a resultar especialmente interesante al público en general, máxime teniendo en cuenta que es prácticamente una hagiografía (biografía de un santo) o incluso santificación, hablando metafóricamente claro está, de una persona que vivió y murió (por tanto también mártir y perdonad por tanta exageración) por la defensa de los derechos homosexuales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si ha resultado interesante para el público ha sido por temas tan comerciales como la presencia de Sean Penn y las favorables críticas que ha tenido desde el principio. Es verdad que no es un tema mayoritario. A mí me gustó bastante la película, aunque peca un poco de panfletaria, y tiene ese regusto de biopic de sobremesa. Lo mejor ya se ha dicho, la actuación sobresaliente de Penn.

Personalmente Gus Van Sant nunca me ha convencido, en Elephant me puso de los nervios pues me sentí manipulado. Tengo ganas de ver Mi Idaho privado.