viernes, 11 de diciembre de 2009

Aniversario de Johann Joachim Winckelmann

Como en otras ocasiones, vamos a hablar hoy de un personaje que puede formar parte de nuestro panteón gay gracias a esta particular sección con motivo de un aniversario. La mayoría de veces se trata de personajes bastante desconocidos para profanos de las diferentes disciplinas que ejercen pero en general han sido muy importantes en la historia (más que Belén Esteban). Espero que esta sección, que tiene una nueva denominación desde hoy de "santoral gay" sirva para conocer mejor a estas figuras. Winckelmann es además un ejemplo claro para lo dicho. No nos parece muy conocido pero resulta que es fundamental para la Historia del Arte. De hecho, lo que hoy es una asignatura casi normal en los institutos y en muchas carreras (y por supuesto su carrera propia) debe su implantación a este señor. Fue el primero que estudió de una manera científica el arte de la antigüedad y escribió libros al respecto. En concreto su Historia del arte antiguo que publicó en 1764 puede considerarse uno de los primeros de esta disciplina. Hubieron muchos otros libros anteriores sobre arte, como en la Grecia y Roma clásicas, y son muy conocidos los tratados de arquitectura del Renacimiento pero en general nadie hizo un estudio global de una época que no fuera la suya, atendiendo a la evolución del arte y explicando las diferencias de las diversas escuelas, como sí sucedía en otras disciplinas como la literatura o la música y tal vez parcialmente en la pintura. También se le considera padre de la arqueología moderna por sus estudios tras visitar Pompeya y Herculano. Para hablar un poco de su vida y de su homosexualidad, ya que estamos en este santoral gay, hay que decir que tras sus estudios de teología y medicina fue tutor de un joven llamado Lamprecht, con el que mantuvo una relación. Incluso cuando tuvo que trasladarse a otra ciudad le acompañó el muchacho y vivieron juntos unos años más hasta que Lamprecht lo dejó. Winckelmann se convirtió al catolicismo y se trasladó a Roma donde tuvo la inmensa suerte de trabajar en la Biblioteca Vaticana. Esto reafirma mi idea, tal vez calenturienta, de que la Iglesia es un refugio de homosexuales (incluso hoy) y por ello me sabe muy mal que Rouco y compañía sigan insistiendo en atacar a sus colegas gays. Después de esta interrupción argumental (es que el tema de la Iglesia "me pone") sigamos con Winckelmann en el Vaticano donde empezó a dejarse obnubilar por la belleza de los cuerpos del arte clásico griego. Se pasaba horas contemplando en los museos contiguos estatuas como el Laoconte o el Apolo Belvedere (en las fotos de aquí abajo). De este último dijo: "me olvido de todo lo demás al ver la milagrosa obra de arte y asumo una posición más exaltada para ser digno de esta visión". Habló mucho en sus escritos del cuerpo masculino en particular y de los gimnasios llenos de jóvenes desnudos en aquellas épocas que consideraba gloriosas. De hecho, otra de sus frases famosas es una curiosa antítesis: "La única forma que tenemos de de ser grandes y, si es posible, inimitables, consiste en imitar a los griegos." Todo esto me reafirma en otra idea mía acerca de que la homosexualidad de una persona incide siempre en su trabajo, de una manera más o menos explícita. Hay quien dice que buscar ciertos indicios en libros y películas de escritores y directores gays es algo inútil y que la homosexualidad no tiene nada que decir en gente como Federico García Lorca, Cernuda o directores como Murnau o Eisenstein. En mi libro El Celuloide Rosa aludo a ello y aquí no hay tanto espacio pero en el caso de hoy es evidente que si se dedicó con tanta pasión a la estatuaria griega y al mundo clásico en general fue por esa preminencia y desnudez del cuerpo masculino. Llamadme subjetivo y tendencioso si queréis pero seguiré siendo lo que estos reacios llamaron despectivamente "queer detectives" o sea detectives de lo gay para intentar demostrar la incidencia de ello en los trabajos de muchos homosexuales. Lo que sí que es indiscutible es que redescubrió el mundo clásico, exaltó su forma de vida y así alimentó los ideales homoeróticos que tanto influyeron en artistas neoclásicos (Jacques Louis David, Antonio Cánova, Bertel Thorvaldsen...) y que todavía perduran hasta hoy. Este señor alemán de la zona prusiana murió con poco más de cincuenta años asesinado en Trieste y hoy lo traemos a nuestro blog en el santoral gay porque nació un 9 de diciembre de 1717, que no es hoy sino hace dos días porque se me pasó. Como suelo decir siempre: que sirva esta modesta entrada para un merecido homenaje.

2 comentarios:

William De Baskerville dijo...

Además de un homenaje me sirve para conocer lo desconocido(para mi).


Pd:No te preocupes, el mensaje primero que te mandé, llegó al fin y al cabo :).

Yo programé en el blog para que me llegasen todos los comentarios al correo, porque no me gustaba no saber quien vino y que aportó. Aunque algun dia haré lo que comentas de que aparezcan los 10 ultimos o asi. (como el blog de Cinexim). Me queda tanto por hacer!.

Comprendo lo que comentas sobre trabajar duro para hacer un buen trabajo, tras años de investigación y visionados y que luego ese trabajo no sea correspondido.

A proposito,vi esta semana "Retorno a Brideshead" 2008.

Es inevitable el recordar la mini-serie, veo esta versión moderna como un trailer de lo que fué la serie, poco tiempo para una historia tan rica en personajes.
En la miniserie supongo se tenia mas libertad para extenderse en cada uno de ellos.
Por ejemplo el personaje de Cordelia me encantaba en la serie y en la pelicula casi no sale.
Julia es otro personaje interesantisimo.

Me encantó Emma T. pero en resumen la pelicula me dejó frio.

Saludos! y gracias por tu comentario, extiendete siempre lo que quieras, que no me parece testamento :).

Anónimo dijo...

Hola, he encontrado tu blog a través de Google, mientras que la búsqueda de primeros auxilios para un ataque al corazón y su puesto se ve muy interesante para mí.