Interesante película que no es estrictamente una comedia aunque el título y los carteles promocionales parezcan indicarlo. Se trata la homosexualidad en general y la historia principal concierne a una mujer casada que verá la vida cambiada por su enamoramiento de otra mujer, antigua compañera de colegio. La ciudad está algo trastocada después de que en una fiesta, un chico gay afirme que la causa de que haya tanta gente homosexual está, como indica el título, en el agua corriente que se bebe en ese vecindario. La psicosis comienza y los más reaccionarios se apresuran a consumir agua embotellada. A partir de esas escenas hay unos cuantos minutos más cómicos pero la historia de fondo siempre nos habla de tolerancia y de aceptación. No tiene ninguna pretensión de película trascendente y se conforma en contar una historia de lesbianismo sin mucho tufillo moralizador, aunque algo de eso hay cuando los personajes heterosexuales más retrógrados son dibujados algo grotescamente, quizás es inevitable dados los tiempos que corren. Interesante para pasar un buen rato sin mayores pretensiones.
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